Nati Cuevas y Felipe Garduño presentan un libro con fotografías de la historia de Sestao
¿Cómo surgió la idea de crear este libro?
Es una vieja idea fruto de varias vivencias que arrancaron al formar parte de las dos primeras corporaciones municipales tras la recuperación de la democracia, y que nos permitieron conocer de primera mano el pasado y el futuro de nuestro pueblo. También ha sido muy determinante el hecho de que Nati sea una excelente y permanente fotógrafa desde hace más de 50 años. Juntos fuimos a fotografiar los barrios llamados a desaparecer, así como a recoger imágenes de lo nuevo que se iba creando: parques, polideportivos, colegios... el nuevo Sestao. En el fondo nos ha impulsado la idea de contribuir a mostrar la transformación de aquella aldea rural en una población industrial.
¿Qué se encontrarán quienes se hagan con un ejemplar?
Básicamente un relato de esa transformación desde el siglo XVIII al XXI, de cómo poco a poco de un lugar paradisíaco, similar a la reserva de la biosfera de Urdaibai, se fue convirtiendo en el pueblo de los humos con todas sus laderas cubiertas de edificios para los nuevos trabajadores. También podrán ver, por medio de unas 600 fotografías, la evolución gráfica de sus barrios, sus empresas y sus antiguas fértiles vegas, y hermosas fotos de la desaparecida casa torre y de los muchos caseríos que conformaban el antiguo casco urbano. Impresionantes son las fotografías aéreas que muestran sin casas los barrios de Markonzaga, la finca del indiano, Kueto o la campa de Tumbaperros.
¿Qué buscáis transmitir con este libro?
Queremos transmitir la idea de que Sestao es un hermoso pueblo afincado sobre lo que fue una bella colina rodeada de marismas y que cuenta con edificios dotados de cierta importancia arquitectónica, algunos de ellos de finales del XIX, como la casa del arco de Txabarri, proyectada por Casto de Zabala y recientemente restaurada. También queremos transmitir el sano orgullo que sentimos por el papel jugado por Sestao en el largo proceso de industrialización, por la forma de ser de sus moradores, por la belleza de muchos de sus edificios, fundamentalmente los proyectados por el arquitecto municipal Santos Zunzunegui desde las primeras décadas del siglo pasado.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
Sestao podía y debía contar con un mayor número de publicaciones sobre su historia y evolución, pero hemos consultado prácticamente todo lo ya publicado, algo que nos ha facilitado la labor divulgativa. Se trata de una publicación con muchas imágenes y su búsqueda ha sido algo fundamental. Hemos visualizado varios miles de fotos de diferentes archivos como el municipal, el de Sestao en el Recuerdo, el archivo de Nati, etc. Vaya a todos ellos nuestro agradecimiento. La guía de la arquitectura de Sestao elaborada por el historiador Gorka Pérez de la Peña, el libro sobre los topónimos de la localidad de Jorge Luis Tejedor, así como el trabajo pionero de Eleuterio Gago, han sido fundamentales.
¿Qué destacarais del pasado de Sestao y de sus gentes? ¿de qué manera se refleja en el libro?
De entrada es necesario destacar el Sestao obrero creado en consonancia con la primera industrialización, imbuido de valores como el esfuerzo, la formación y la solidaridad. Hay que tener en cuenta que la convivencia en las fábricas se extendía a la vida diaria en el pueblo y a sus familias. Esto marcó una forma de ser: solidarios. Nuestro pueblo dio una gran importancia a la educación y a la cultura, y destacar este hecho es una constante en este libro.
¿Cuáles creéis que son las imágenes que más llamarán la atención de los lectores?
Las fotos más apreciadas serán las que nos muestran el Sestao rural, así como las de la primera industrialización, las del Kasko que llegó hasta el final de los 50 y todas aquellas previas al caos urbanístico iniciado en los años sesenta. La parte positiva es que también serán apreciadas las fotos que reflejan la modernización de Sestao, llevada a cabo después de 1979. También es interesante la realidad actual de nuestro pueblo a pesar de las dificultades que hemos de superar.
Siempre es interesante conocer la historia del pueblo, por lo que el libro puede gustar tanto a mayores como a jóvenes.
Efectivamente, para amar a nuestro pueblo debemos conocer su pasado y proyectarlo hacia el futuro; este libro debe contribuir a conseguirlo. Debe servir para ayudar a los mayores a recordarlo y a los jóvenes a conocerlo para quererlo como se merece. Estoy convencido de que aliviará la melancolía de los que, sintiéndose sestaotarras, ya no viven entre nosotros. Nos consta que este libro ya ha salido hacia otras comunidades autónomas e incluso hacia países de otros continentes.